Continuamente estamos
expuestos a la invasión de agentes nocivos capaces de dañar la salud de nuestro
cuerpo pero gracias a la acción del sistema inmunológico, tenemos la capacidad de
defendernos mediante dos formas
1.- De manera inespecífica
2.- De manera especifica
Sistema Inmunitario
Inespecífico
Nuestro organismo se defiende
de forma inespecífica y a corto plazo a través de células, que destruyen los
agentes patógenos que entran a nuestros tejidos.
De ello se encargan las
células con capacidad fagocitaria, llevando hacia su interior partículas
grandes o agentes extraños, a través de un movimiento ameboide, destruyéndolos.
Estas células reciben el
nombre de macrófagos o glóbulos blancos, y las encontramos distribuidas por
todos nuestros tejidos:
Tejido conjuntivo
(histiocitos), sangre (monocitos), hígado (células de Kuffer), bazo, amígdalas,
medula ósea, meninges, alveolos pulmonares, en tejidos con infección (células
gigantes de cuerpo extraño, que se forman al unirse macrófagos entre sí)
Sistema Inmunitario
Específico.
La defensa inmunitaria específica
se realiza a través de los linfocitos T y B.
El linfocito T crea una
respuesta inmune celular directa, mientras que el linfocito B, da una respuesta
inmune humoral, por la formación de anticuerpos.
Los encontramos en:
Sangre, linfa, ganglios
linfáticos, líquidos corporales, tejido conjuntivo y órganos linfoides
especializados (bazo, timo, medula roja de los huesos, amígdalas, y folículos
linfoides de las mucosas)
Órganos Linfoides
Bazo:
Es un órgano muy
vascularizado, situado en la parte superior izquierda de la cavidad abdominal,
entre el estómago, páncreas y riñón izquierdo.
Su tamaño es de unos 12 cm y
su peso, en un individuo adulto, es de unos 150 gr.
Variando según las etapas de la vida, de la
persona, y en un mismo individuo en función de las circunstancias.
Disminuye con la edad, aumenta
durante la digestión y en ciertas enfermedades infecciosas como el paludismo,
etc.
El bazo se encarga de eliminar
de la sangre restos celulares, productos de destrucción de plaquetas,
leucocitos y hematíes viejos.
Estos últimos son destruidos
formándose hierro y bilirrubina que pasan a la sangre.
La bilirrubina será excretada
por el hígado, y el hierro se utilizará en la formación de nuevos hematíes
También actúa como reservorio
de sangre. En estados en que nuestro
organismo precise más cantidad de oxígeno, las fibras elásticas del bazo se
contraen y mandan más cantidad de sangre al torrente circulatorio.
Participa en la formación y
desarrollo de plaquetas, hematíes y linfocitos.
Timo
Está situado en el mediastino
anterior, por detrás del esternón.
Varía de tamaño con la edad,
alcanzando su máximo desarrollo en la pubertad.
A partir de entonces
involuciona siendo sustituido, en gran parte, por tejido adiposo.
Es un órgano importante del
sistema linfoide. En él tiene lugar la
diferenciación de los linfocitos en linfocitos T, capaces de dar una respuesta
defensiva.
Controla el desarrollo de otros
órganos linfoides y la formación de linfocitos por estos.
Si se extirpara en las
primeras etapas de la vida, estos órganos linfoides no se desarrollarían,
teniendo graves consecuencias para el individuo.

Produce, además, unas substancias hormonales llamadas timosinas, que influye en el desarrollo de las glándulas sexuales y en el crecimiento del individuo.
Medula roja de los huesos
En ella se forman las células
precursoras de los hematíes, plaquetas y linfocitos.
También tiene lugar la
diferenciación de los linfocitos, en linfocitos B.
Amígdalas
Son órganos donde encontramos tejido linfoide, no encapsulado, como en los ganglios, bazo y timo.
Se encuentran situadas a nivel de la faringe formando un anillo defensivo, denominado anillo linfático de Waldeyer.
Este anillo comprende una amígdala palatina, dos amígdalas tubaricas (ambos lados de la faringe) y una amígdala faríngeas (en la fosa nasofaríngea).
Constituye un mecanismo de defensa rápido frente a los agentes patógenos, que entran por la nariz y por la boca, siendo rápidamente destruidos por los linfocitos T y B agrupados en ellas.
Folículos Linfoides
Se encuentran en las mucosas, son agrupaciones de tejido linfoide, no encapsulado, que encontramos a lo largo de las paredes de los bronquios, esófago, intestino delgado (placas de Peyer), apéndice vermiforme y agrupados de forma menos importante, en el colon y recto.
Como las amígdalas, responden frente a organismos patógenos que entran por vía respiratoria y digestiva
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